ANOTACIÓN


Sobre el enfado en el amor y el odio


Felipe Nicolás Mujica Johnson

Docente investigador. Facultad de Educación, Universidad Autónoma de Chile




TEMAS
amor · enfado · odio · sentimiento



1. Introducción

Este ensayo descansa sobre la ética objetiva y material de Scheler (2001), en la cual la afectividad, que incluye, por supuesto, las emociones, goza de autonomía. Dicho carácter autónomo era, y sigue relativamente siendo, poco considerado en diferentes personalidades que podemos señalar como referentes de la filosofía occidental (Casado y Colomo 2006; Vendrell 2015). Dentro del esquema afectivo de Scheler (2001, 2005), existe una jerarquía de sus componentes. Dentro de la alta jerarquía, se encuentra el amor y el odio, como actos o movimientos intencionales que tendrían respuestas emocionales (Fernández 2013; Vendrell 2015). Para el filósofo muniqués, los actos morales solo harían referencia a los actos dirigidos al objeto denominado persona. Es decir, al amor o al odio a sí mismo o a otro ser humano. En este sentido, la respuesta emocional del enfado ante un acto moral asumiría también un valor moral (Mújica 2019). Por cierto, dicha respuesta sería a posteriori del aprendizaje moral. En otras palabras, una consecuencia del amor o el odio. Desde la perspectiva de Fernández (2013), diríamos que el enfado tendría una intencionalidad secundaria. Con base en lo mencionado anteriormente, en los siguientes dos apartados describiré algunas manifestaciones del enfado en el acto de amar y odiar a nivel personal.

 

2. Enfado como respuesta del odio

El odio es un acto intencional que porta maldad y se dirige a los valores éticos negativos, es decir, erosiona los valores positivos, los hace desaparecer para el sentir y preferir cognoscitivo (Scheler 2005). Por ende, entendemos el odio como un acto aniquilador que, a nivel moral en sentido estricto, se orienta a destruir los aspectos valiosos de las personas, por ejemplo, la dignidad humana.

En cuanto a la relación del enfado con el odio moral, lo podemos apreciar en los siguientes dos ejemplos: a) odio a sí misma: una persona que en un acto de odio a sí misma pretenda hacerse algún tipo de daño, puede sentir enfado cuando vea frustrado su objetivo; b) odio a otra persona: una persona que por medio de un acto de odio intenta dañar la integridad de otra persona, puede sentir enfado cuando no logra su objetivo u otra persona frustra su cometido. Estos dos ejemplos podrían ser aplicados a múltiples situaciones concretas de la vida cotidiana.

 

3. Enfado como respuesta del amor

El amor, al contrario del odio, es un acto o movimiento intencional que porta bondad y se dirige a los valores éticos positivos, o sea, hace visible los valores más altos de una persona (Scheler 2005). Así, el amor se entiende como un acto creador que, a nivel moral, protege, sostiene y promueve lo más valioso del ser amado, por ejemplo, su derecha a la vida o a un trato digno.

En cuanto a la relación del odio con el amor moral, en sentido estricto y en términos contrarios al odio, se puede apreciar en los siguientes dos ejemplos: a) amor a sí misma: una persona que en un acto de amor a sí misma pretenda conservar su dignidad, puede sentir enfado cuando vea frustrado su objetivo; b) amor a otra persona: una persona que por medio de un acto de amor intenta ayudar a otra persona en una situación de dificultad, puede sentir enfado cuando otra persona frustra su cometido. Al igual que los ejemplos referidos al odio, estos podrían ser descritos en función de múltiples situaciones reales y concretas del cotidiano vivir humano.

 

4. Consideraciones finales

Se considera que, a nivel general, es fundamental no demonizar el enfado, es decir, que solo se le asocie a actos negativos, ya que solo es un estado psicológico que puede variar su valor moral. En este sentido, hemos de evitar reproducir una traición cultural al enfado, al modo de la traición a la alegría que algún día encarnó el pueblo germano (Scheler 2010). Sobre todo, ante las embestidas hedonistas, subjetivistas, fetichistas y mercantilistas que nos presenta el siglo XXI y parte de la cultura posmoderna.


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Bibliografía

Casado, Cristina (y Ricardo Colomo)
2006 "Un breve recorrido por la concepción de las emociones en la Filosofía Occidental", A Parte Rei. Revista de Filosofía (Madrid), nº 47: 1-10.

Fernández, Pilar
2013 "Sobre la intencionalidad secundaria de las emociones", Revista de Filosofía Diánoia (Ciudad de México), nº 70: 3-34.
DOI: https://doi.org/10.21898/dia.v58i70.117

Mujica, Felipe
2019 "Suscitar buenas emociones en la educación formal: Análisis según la ética de Max Scheler", Revista Dilemas Contemporáneos. Educación, Política y Valores (Estado de México), nº 6: 1-15.

Scheler, Max
1913 Ética. Nuevo ensayo de fundamentación de un personalismo ético. Madrid, Caparrós, 2001.
1923 Esencia y formas de la simpatía. Salamanca, Sígueme, 2005.
2010 Amor y conocimiento. Y otros escritos. Madrid, Palabra.

Vendrell, Íngrid
2015 "The emotions in Early Phenomenology", Studia Phenomenologica (Romanian), nº 15: 329-354.
DOI: https://doi.org/10.5840/studphaen20151518


Publicado 20 diciembre 2020