ANOTACIÓN


Nietzsche y Heidegger, pensadores reaccionarios


Martín Castilla Hidalgo

Profesor universitario de Filosofía, jubilado




Pase que se cataloguen como filósofos. Pero tanto uno como otro se sitúan al margen o en contra de la racionalidad ilustrada, a causa de sus derivas características antimodernas:

1. Abandonan el pensamiento crítico y lo sustituyen por alegatos mefistofélicos fundados en mitos existenciales: el superhombre, el pueblo con un destino superior.

2. Descalifican el valor universal de la verdad y reniegan de la objetividad de la ciencia...

3. Ambos idealizan la herencia griega y, a la vez, el legado étnico nórdico, como forma mítica para la exaltación de los modelos sociales de superioridad inscritos en el esclavismo ateniense y en la barbarie teutona.

4. Ambos se presentan, o son considerados, como revolucionarios radicales, cuando sustentan una fe ciega en la violencia como vía política. Pero esto se debe calificar, más bien, de "revolución reaccionaria" (también se presentaban como revolucionarios los fascistas y los falangistas): la "voluntad de poder" y la "calidad de resuelto" prerreflexiva como fundamento de las relaciones humanas y sociales. Es la moral de los amos, los únicos con derecho a la libertad.

5. Ambos son racistas, pues afirman la existencia de razas, superiores e inferiores. También el derecho de las superiores a dominar a las inferiores. Nietzsche habla de las "razas nobles", las "razas superiores".

6. Ambos cometen el grave error teórico de confundir raza y cultura, de modo que atribuyen las creaciones culturales a un "espíritu del pueblo", como si la civilización estuviera en los genes, o en su decir, en la "sangre".

7. Ambos son declaradamente contrarios a la igualdad entre los hombres, contrarios al reconocimiento de los derechos humanos universales, enemigos de la democracia y las libertades políticas. Resulta perfectamente lógico que sean anticristianos y antisocialistas. A la par, defienden un modelo de humanidad aristocrático u oligárquico, supremacista. Uno, conforme al modelo de una sociedad de castas ("código de Manú"). El otro, según el ideal de una sociedad totalitaria (el nacionalsocialismo).

8. Ambos emplean magistralmente el malabarismo del lenguaje, como todo gran fabulador que encandila a sus lectores. Así, el "maestro de Alemania" produjo una jerga iniciática... para decir obviedades de forma conspicua. Y el maestro del maestro, literatura para creyentes. No se trataba de traducir la verdad, sino de expresar el poder.

9. Ambos inspiran corrientes del posmodernismo. No creen en la unidad de la humanidad, ni en su común destino, sino en el destino particular del pueblo superior, en el derecho a dominar de los que tienen voluntad de hacerse fuertes. No les importa la violencia.

Ni el pensamiento de Nietzsche, ni el de Heidegger, permiten fundar una ética de humanidad. Tampoco permiten concebir la sociedad, nacional, o mundial, a no ser en términos de la mitología mahometana.

Si a esto le agregamos una buena dosis de marxismo rancio, descubriremos el epigonismo marxoheideggeriano del procaz neoestalinista Slavoj Žižek.


Publicado 17 julio 2020