Diego Núñez Ruiz
La mentalidad positiva en España. Desarrollo y crisis.
Madarid, Tucar, 1975.
El libro nos ofrece, como por su título cabría esperar, un recorrido por la España decimonónica centrado en la influencia de la corriente positivista. Estamos ante un tratado sumamente interesante y original no sólo por descubrirnos esta etapa que “ha permanecido en un frecuente nivel de olvido y soterramiento” (p. 28, n. 11), sino también por mostrarnos la evolución de la ideología positivista en España desde una perspectiva global, ahondando en los asuntos sociales, políticos e intelectuales que propiciaron sus inicios, motivaron su éxito e influyeron en su entrada en crisis.
Este trabajo de investigación fue elaborado por Diego Núñez Ruiz (Málaga, 1943), profesor adjunto de Historia de la Filosofía en la Universidad de Madrid y autor de importantes trabajos en el campo general de su investigación: la historia del pensamiento y la filosofía sociales de la España contemporánea. La obra corresponde a su tesis doctoral leída en la Universidad autónoma de Madrid en 1973, calificada con Sobresaliente cum laude. Son destacables sus aportaciones en la Revista de Hispanismo Filosófico, cuyo primer ejemplar fue dirigido por él mismo.
Entre sus publicaciones se pueden enfatizar las siguientes: Sentido del concepto unamuniano de intrahistoria (1967), Mentalidad positiva y Restauración (1970), La sociología en España 1875-1914 (1974), Sociedad y sociólogos en la España contemporánea (1974), La filosofía evolucionista en España (1975) y Rafael Altamira y la Historia de la civilización (1975).
En la España decimonónica, en plena crisis social y política, brota una corriente de pensamiento procedente de Francia fundada por Augusto Comte. Esta corriente no viene sola, en España también penetran nuevas teorías con gran auge social como la naturalista y, sobre todo, la evolucionista. Se trata de una etapa con gran efervescencia de ideales. El positivismo, con un planteamiento metodológico y filosófico brillante en ciertos aspectos, pronto se encontrará con el primer problema que impedirá que haya una rápida aceptación o integración de sus propuestas: según el esquema comtiano el positivismo debe rechazar cualquier tipo de especulación metafísica, lo que vendría supuestamente a quebrantar cualquier base moral.
A partir de ahí y teniendo en cuenta la frágil situación política que se daba en la sociedad española del siglo XIX, Diego Núñez analiza todos los campos que fueron influyentes o influenciados por el pensamiento positivista:
El libro objeto de análisis se encuentra estructurado, como podemos ver en su índice de contenidos, en ocho grandes bloques. El orden lógico de esta esquematización no está instituido cronológicamente, si no por temáticas. Por ello, en muchas ocasiones se exponen contenidos ya desarrollados en apartados anteriores.
El primero es la introducción, donde el autor expone el tema que va a ser tratado a lo largo de la obra, explica cómo surgió el positivismo y hace un análisis global de su desarrollo en España.
El segundo bloque titulado “Positivismo y Restauración” está a su vez subdividido en cinco apartados. En ellos expone de manera profunda la penetración del positivismo en nuestro país (“La crisis de la metafísica idealista”), las diversas corrientes de la ciencia natural (“Introducción en España de las nuevas corrientes de la ciencia natural”), “La recepción social del positivismo”, “Las polémicas sobre la moral positiva” y “El giro de la sensibilidad estética”.
El tercer bloque, titulado “El krausismo positivo”, está subdividido en tres apartados. En el primero, “Disolución doctrinal del krausismo”, se estudia como la crisis de la metafísica idealista arrastra al sistema krausista. En “Una fórmula armonizadora de la razón y la experiencia” el krausismo positivo es analizado. Y en “Del monismo idealista al positivo” se examina la evolución de la filosofía idealista a la positiva, y se señalan sus diferencias y aproximaciones.
En el cuarto bloque, “Significado del pensamiento comtiano en España”, hay tres subapartados. En “Comtismo y sociedad española” se acentúa como los ideales de Comte llegan a España y cómo estos son interpretados por la sociedad española. Seguidamente, se expone una panorámica de “La metodología inductiva” y “La racionalización positiva del orden y del progreso”.
En el quinto bloque titulado “Neokantismo y nueva crítica” se expone como la ideología kantiana entró a formar parte de los sistemas filosóficos españoles (“Kant en la filosofía española decimonónica”), el impacto social y metodológico de la misma (“El impacto del primer movimiento neokantiano”) y como estos factores encajaron con el positivismo (“La nueva crítica positiva”).
El sexto bloque: “La presencia del evolucionismo en el pensamiento español decimonónico” se presenta un amplio desarrollo de lo que ya había expuesto de una manera esquemática en el apartado “Introducción en España de las nuevas corrientes de la ciencia natural”, perteneciente al segundo bloque. En él encontraremos una reseña sobre la influencia darwinista (“Los primeros transformistas españoles”), la spenceriana (“El influjo del evolucionismo spenceriano”) y “La difusión del naturalismo germánico”.
En el penúltimo bloque Diego Núñez expone el “Replanteamiento de la actividad filosófica en el contexto científicopositivo. Formación en España de una línea de filosofía científica”. Esta unidad está dividida en dos temas: “Hacia una mentalidad científica. Esfuerzos y limitaciones. La influencia anglosajona” donde se enfatizan los afanes positivos de desarrollo, las limitaciones de las mismas como producto de una inestabilidad en las bases ideológicas y se advierte la influencia de algunos científicos y filósofos anglosajones que sirvieron de patrón para la formación de una filosofía científica en España. En el segundo tema, “La vigencia de la filosofía científica en España”, se profundiza en la influencia que tuvo la mentalidad científicopositiva en la filosofía española.
En el octavo y último bloque, titulado “El pensamiento sociológico español”, el autor profundiza de una manera extensa en el inicio y en la evolución de la sociología y la psicología durante el positivismo español. Se encuentra dividido en cinco puntos: “Desarrollo teórico (1875 – 1914)”, “Principales direcciones de investigación sociológica”, “La institucionalización de la enseñanza de la sociología”, “Sociología y reformismo” y “El catolicismo social”.
El estilo es uniforme a lo largo de la obra. El lenguaje se es coherente con la seriedad, rigor y tecnicismo que requieren una tesis doctoral y, por ello, el trabajo va dirigido a un público especializado, con conocimientos previos a la lectura sobre los temas que en ella se exponen (ya sean estos históricos o filosóficos). La bibliografía y recursos utilizados a la hora de soportar los análisis realizados a lo largo del libro son múltiples, desde discursos pronunciados en el Ateneo de Madrid o Barcelona y de inauguración universitaria, hasta conferencias, artículos periodísticos y académicos, y ensayos. La amplia bibliografía manejada es manejada con soltura a lo largo de la gran cuantía de citas presentes en el texto.
El valor histórico y analítico de la monografía es excelente. Podría ser utilizado como fuente para el estudio del positivismo español, ya que es difícil encontrar un libro que abarque las diferentes dimensiones de esta corriente en el ámbito español y dé una visión tan generalizada aunque al mismo tiempo precisa del tema. Se trata de un buen medio, en definitiva, para acercarse a “nuestra” filosofía e historia, la filosofía e historia española.
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