ANOTACIÓN


Apunte sobre la filosofía


Pedro Gómez García

Catedrático de Filosofía jubilado. Universidad de Granada




Todo el que habla está filosofando, aunque no lo sepa… pero, probablemente, demasiado cerca del Neolítico.

La tarea filosófica se propone aprender a pensar de manera objetiva, crítica y práctica. Con método. También con contenido, como pensamiento que va disipando ignorancias, desvelando falsedades, cuestionando utopías, imaginando otras formas.

Se funda en el ejercicio de la razón crítica, que solo puede ser razón encarnada, razón evolutiva.

Hace frente al ubicuo y esquivo autoengaño: debe ser pensamiento autocrítico. Que favorezca el autoconocimiento y el autodominio.

Hay que considerar la historia de la filosofía con un enfoque histórico: las ideas evolucionan, nacen y mueren, y es necesario ir haciendo balance de las épocas, los autores y los sistemas.

Filosofar requiere capacidad de diálogo con las ciencias naturales y con las ciencias humanas. Igualmente, capacidad de diálogo con la religión y la teología. Pero sin caer en el cientificismo ni en el confesionalismo.

La filosofía tiene una finalidad cognitiva, terapéutica y soteriológica. Como sabiduría para vivir. Pero debe resistir la tentación de convertirse en seudorreligión.

Tampoco debe confundirse con la falsa crítica, superficial y basada en apariencias y en medias verdades, si es que no en una trama completa de mentiras verosímiles.

Ser filósofo es tarea de toda la vida: dedicarse a la pasión por el saber, la búsqueda de la verdad, de la bondad y la justicia, de la belleza. Inseparables.

El fruto del buen filosofar será hacerse más humanos, crecer en humanidad de pensamiento, palabra y obra.

La filosofía tiene su lugar al servicio de la vida, en todas las escalas: en el plano biológico (la especie y el planeta), en el plano sociohistórico (política, economía, cultura), en el plano personal (intelectual, moral, cotidiano).


Publicado 20 diciembre 2017