Número 16, 2022 (2), artículo 3


El argumento de Kripke contra la teoría de la identidad


Stalin Rivera Flores

Licenciado en filosofía y abogado en libre ejercicio. Quito, Ecuador




RESUMEN
Con relación al problema mente-cerebro, la teoría de la identidad de tipos defiende la equivalencia entre tipos de estados mentales con tipos de estados físicos. Frente a esta teoría se busca demostrar que el argumento de Kripke resulta concluyente debido a que los enunciados de identidad contingentes no son posibles.


TEMAS
contingente · designador rígido · Kripke · necesario · teoría de la identidad



Introducción

En la tercera conferencia de ‘El nombrar y la necesidad’ (Kripke 2005) argumenta contra la teoría de la identidad mente-cerebro. El argumento se centra en una de las versiones de la teoría de la identidad conocida como ‘teoría de la identidad de tipos’, que defiende la identidad entre tipos de estados mentales con tipos de estados físicos. Así, por ejemplo, un teórico de la identidad sostiene que el enunciado 1 es verdadero

(1) dolor = estimulación de fibras C

en donde "dolor" refiere a un tipo de estado mental (M) y "estimulación de fibras C" refiere a un tipo de estado físico (F). Sin embargo, estos teóricos consideran que la verdad del enunciado (1) es contingente, debido a que esta se descubre a posteriori; y a que, aunque existe identidad, esta podría no haber existido.

Para Kripke "dolor" y "estimulación de fibras C" son designadores rígidos, es decir, se refieren a un mismo objeto en cualquier mundo posible. De manera que, si se da la identidad (M=F) está debe ser necesaria, sin importar que su descubrimiento sea a posteriori. Esta necesidad se expresa de la siguiente forma: (☐ M=F) y puede ser definido como el principio de la identidad necesaria. Con base en este principio dado que en algún mundo posible el estado mental no es idéntico al estado físico (M≠F) se debe concluir que: Necesariamente el estado mental no es idéntico al estado físico (M≠F) ➞ ☐ (M≠F). Esta conclusión determina la falsedad de la teoría de identidad de tipos. Por lo que la tesis que se defiende busca demostrar que el argumento de Kripke resulta concluyente respecto a la teoría de la identidad de tipos, debido a que los enunciados de identidad contingentes no son posibles, para lo cual se desarrollarán los siguientes apartados:

En primer lugar, se determinarán las nociones básicas de la teoría de la identidad distinguiendo las versiones de identidad de tipos y la identidad de ejemplares. La atención se centrará en la teoría de la identidad de tipos que defiende la existencia de leyes psicofísicas que determinan una relación de identidad entre tipos de estados mentales y tipos de estados físicas.

Seguidamente se precisarán algunos conceptos básicos de la teoría de la referencia de Kripke, siendo de gran relevancia los conceptos de nombres propios, descriptores, designadores rígidos y, por otro lado, la distinción entre la noción de aprioridad y necesidad.

Posteriormente se presentará la relación de identidad según Kripke, con lo cual se considerarán los principios de indiscernibilidad de los idénticos y el principio de sustitutividad para mostrar la fundamentación formal del argumento que establece que los enunciados de identidad son necesarios. También se justificará la posibilidad de los enunciados necesarios a posteriori.

Por último, se aplicarán los conceptos y la argumentación respecto a las condiciones de los enunciados de identidad, a la teoría de la identidad de tipos, lo cual permitirá establecer la falsedad de sus enunciados al no cumplir con esta condición de necesidad que debe tener todo enunciado de identidad.

 

La teoría de la identidad mente-cerebro

Dentro de la teoría de la identidad, siguiendo a Kripke (2005), se pueden distinguir al menos dos versiones, a saber:

  1. Teoría de identidad de tipos.
  2. Teoría de identidad de ejemplares.

A la primera la describe como la identidad "de tipos de estados mentales con tipos correspondientes de estados físicos (el dolor es la estimulación de las fibras C)". En tanto que, la segunda se da en la identidad "de una sensación (o suceso o estado de tener una sensación) particular con un estado cerebral particular (el dolor de Juan a las 06:00 es la estimulación, en ese momento, de su fibra C)" (Kripke 2005: 40).

De estas versiones la que genera el mayor interés para el desarrollo de este trabajo es la teoría de la identidad de tipos. Sin embargo, conviene hacer notar algunas diferencias con la teoría de la identidad de ejemplares. Como se deduce de los enunciados que Kripke considera como ejemplos de estas teorías la diferencia radica en que la teoría de ejemplares considera la identidad en casos concretos y particulares, en el sentido de que el dolor especifico de Juan a las 6:00 se identifica con una estimulación especifica de su fibra C, que solo se da en ese momento. Según esta teoría no es posible que "existan leyes psicofísicas estrictas" (Valdés 1980:198). Las cuales solo serían posibles entre tipos de estados mentales y tipos de estados físicos, así según el enunciado (1) que es el ejemplo que utiliza Kripke, el dolor (M) es un tipo de estado mental general que se identifica siempre con un tipo de estado físico (F) como es la estimulación de fibras C. En este sentido esta versión propone la existencia de leyes psicofísicas, por ello la atención de Kripke se centra en la teoría de la identidad de tipos.

La teoría de la identidad de tipos sostiene que "los estados mentales son idénticos a ciertos estados (o procesos) físicos o corporales" (Valdés 1980: 195). Estos estados físicos son "propiedades o tipos de estados neurofisiológicos" (Moya 2006: 60). Esta relación de identidad implica que el estado mental (M) y el estado físico (F) se refieren a un mismo proceso o estado. Así, por ejemplo, el término "dolor" (M) y el término "estimulación de fibras C" (F), para los defensores de la teoría de la identidad de tipos, expresan una misma realidad. De manera que, la condición de verdad del enunciado (1) depende de que ambos términos tengan una misma referencia. Mientras que si estos se refieren a dos cosas o procesos distintos el enunciado (1) será falso.

En concreto la tesis de la teoría de la identidad de tipos es la siguiente: "Los estados y procesos mentales son (en el sentido de «son idénticos a») estados y procesos del sistema nervioso central" (Moya 2006: 60). Esto significa, siguiendo el ejemplo propuesto, que entre la experiencia del dolor (M) no existe solo una correlación con algún tipo de estimulación nerviosa (F), sino que estos son idénticos. En definitiva, "se trata de una sola propiedad" (Moya 2006: 60). Sin embargo, la identidad M=F no constituye una identidad lógica y a priori del tipo A=A, en este sentido, se ha afirmado que: "La tesis sostiene que los estados mentales de un tipo determinado son, de hecho, estados del sistema nervioso de un tipo determinado, aunque podrían no haberlo sido" (Moya 2006: 64). Con lo cual se quiere decir que el enunciado (1) contiene una verdad contingente, que inicialmente sería una hipótesis que debe ser verificada en la experiencia. Se trata de una hipótesis dado que no sería necesariamente verdadera ni tampoco necesariamente falsa.

Para fundamentar esta idea se asimila la hipótesis de la identidad con otras hipótesis que pertenecen a la ciencia y se expresan en enunciados como:

(2) agua= H2O

(3) calor = movimiento molecular

Estos enunciados constituyen verdades contingentes que "son presumiblemente verdaderos, pero su verdad es descubierta y confirmada por la investigación científica, no mediante análisis conceptuales a priori. La hipótesis de la identidad pertenecería a esa clase de enunciados de identidad contingente, confirmada (o refutada) a posteriori" (Moya 2006:  65). De manera que, para los defensores de esta tesis el enunciado (1) es análogo al enunciado (2) y (3). No obstante, la teoría de la identidad no constituye una única versión.

No obstante, el desarrollo del argumento de Kripke contra de la teoría de la identidad de tipos requiere una exposición de los elementos conceptuales relacionados con el nombrar, así como la diferenciación entre la noción de aprioridad y necesidad, tema que se tratará en el siguiente acápite.

 

Conceptos básicos de la teoría de la referencia de Kripke

– Nombres propios, descripciones y designadores rígidos

El primer tema que se plantea en El nombrar y la necesidad (2005) es el problema del nombrar, sobre el cual hay que hacer algunas precisiones conceptuales. Por nombre se refiere a los nombres propios, "esto es, el nombre de una persona, de una ciudad, de un país, etcétera" (Kripke 2005: 29). Los nombres propios deben diferenciarse de las descripciones, que son frases del tipo: "el hombre que corrompió a Hadleyburg". Este ejemplo implica que la descripción fija la referencia, de manera que "si un hombre, y sólo uno, corrompió alguna vez a Hadleyburg, entonces ese hombre es el referente" (Kripke 2005: 29). En definitiva, mientras que el nombre refiere directamente a un objeto la descripción representa un término singular que contiene un predicado. Por último, con el término designador Kripke incluye tanto a los nombres como a las descripciones.

A partir de estas precisiones conceptuales Kripke busca determinar cuál es la relación entre los nombres y las descripciones. Una de las repuestas es la que ofrece John Stuart Mill según la cual los "nombres tienen denotación, pero no connotación" (Kripke 2005: 31). La solución de Frege y Russel, cada uno con su teoría particular, consiste en decir que "en realidad un nombre propio, adecuadamente usado, no era más que una descripción definida abreviada o disfrazada" (Kripke 2005: 32). De manera que, la forma como se fija la referencia consiste en una descripción de un único objeto, el cual se convierte en el referente del nombre. Kripke considera la tesis de Frege y Russell falsa.

La solución de Kripke consiste en señalar la diferencia entre designadores rígidos y designadores no rígidos. "Un designador rígido es un término o expresión que designa la misma entidad en todos los mundos posibles en que dicha entidad existe" (Moya 2006: 71). Para Kripke los nombres propios son designadores rígidos, dado que "en todo mundo posible designa al mismo objeto" (Kripke 2005: 51).

Sobre la determinación de los nombres propios como designadores rígidos hay que hacer algunas precisiones. Por un lado, la rigidez se refiere a que a un objeto le corresponde un nombre determinado ya sea en el mundo real como en cualquier mundo contrafáctico. Por otro lado, existe una rigidez de facto cuando una descripción refiere una propiedad que corresponde a un individuo en todo mundo posible. En este sentido la distinción entre nombre propio y descripción no es equivalente a la distinción entre designadores rígidos y designadores no rígidos. Por lo que se concluye que los nombres propios y algunas descripciones actúan como designadores rígidos de aquellos objetos a los que refieren.

A sí mismo, a partir de la definición de designador rígido de Kripke se concluye las siguientes características. Para que un término se considere como un designador rígido este debe denotar a un mismo objeto en todo mundo posible, esto implica que la rigidez tiene un alcance metafísico que tiene que ver con las posibilidades de existencia de ese objeto. También posee un carácter epistemológico en el sentido de que implica una condición de verdad como por ejemplo lo es para los enunciados de identidad y, por último, implica una relación referencialidad con el objeto. Estas características se relacionan con la noción de necesidad y aprioridad. Sobre la cual se va a tratar a continuación.

– Lo necesario y lo a priori

Siguiendo a Pérez Otero (1998), el aspecto más relevante del nombrar y la necesidad de Kripke es la distinción entre lo necesario y lo a priori como modalidades diferentes. Con lo cual se argumenta contra la confusión que se da entre ambas modalidades, haciéndolas pasar por sinónimos. Sin embargo, "los términos ‘necesario’ y ‘a priori’, entonces, en tanto que se aplican a enunciados, no son sinónimos obvios" (Kripke 2005: 41). La noción de aprioridad es un concepto epistemológico, según el cual "las verdades a priori son aquellas que pueden conocerse independientemente de cualquier experiencia" (Kripke 2005: 38). El error en esta noción consiste en cambiar el "puede" por el "tiene que" de manera que se concluye que "si algo pertenece al reino del conocimiento a priori, no podría de ninguna manera conocerse empíricamente" (Kripke 2005: 39). Esto implica que, a pesar de que un conocimiento pueda conocerse a priori, existe la posibilidad de que "alguna persona particular podría conocerlo sobre la base de la experiencia" (Kripke 2005: 39).

Por otro lado, la noción de necesidad debe ser comprendido desde lo metafísico de manera que la cuestión radica en si algo pudo haber sido verdadero o pudo haber sido falso. Si algo es falso, claramente no es una verdad necesaria. En tanto que, si algo es verdadero caben dos posibilidades: Si pudo ser de otra forma, si el mundo sobre este aspecto podría haber sido diferente, se trataría de una verdad contingente. La otra posibilidad es que no hubiera forma de que no fuera verdad, en tal sentido, se estaría ante una verdad necesaria.

En conclusión, estas precisiones conceptuales permiten la existencia "tanto verdades necesarias a posteriori, como probablemente verdades contingentes a priori" (Kripke 2005: 42). Esta posibilidad se desarrolla respecto a los enunciados de identidad, de manera que existan enunciado de identidad que aun siendo necesarios estos puedan ser descubiertos de forma a posteriori. Sobre estas condiciones de los enunciados de identidad se tratará en el siguiente acápite.

 

La relación de identidad en Kripke

Para Kripke una identidad del tipo a=b "es un enunciado acerca de los objetos designados por ‘a’ y por ‘b’ y lo que afirma es la existencia de una relación entre lo denotado por ‘a’ y lo denotado por ‘b’" (Valdés 1980: 196). Esto significa que la identidad es "la relación entre una cosa y ella misma" (Kripke 2005: 107). Por lo que, no se trata de una identidad entre los nombres a y b, ni sobre los sentidos de estos. En consecuencia, "el enunciado ‘a =b’ será verdadero si y sólo si ‘a’ y ‘b’ denotan al mismo individuo" (Valdés 1980: 196). Empero, no se trata de un enunciado trivial que no añade ningún dato como sería el caso del enunciado A=A. De manera que, la verdad podría "constituir un verdadero descubrimiento empírico el hecho de que ‘a’ y ‘b’ denoten al mismo individuo" (Valdés 1980: 196). Con lo cual se concluye que "un enunciado de identidad entre nombres, cuando es de alguna manera verdadero, es necesariamente verdadero, aun cuando uno pueda no conocerlo a priori" (Kripke 2005: 107).

Kripke se pregunta ¿cómo son posibles los enunciados contingentes de identidad? La respuesta es negativa, por lo que estos enunciados son falsos. Para demostrar su imposibilidad (Kripke 1999: 122) recurre a la siguiente paradoja que se expresa formalmente:

  1. Ley de la sustitutividad de los idénticos: para cualesquiera objetos x e y, si x es idéntico a y, entonces, si x tiene cierta propiedad F, también la tiene y. Su expresión formal es: (x) (y){(x=y) ➞ (Fx ➞ Fy)}
  1. Principio de identidad de los indiscernibles: cualquier objeto es idéntico a sí mismo. Su expresión formal es, x ☐ (x=x)
  1. La instancia de sustitución: Para cualesquier x e y, si x es igual a y, entonces necesariamente que x es igual a x implica que necesariamente x=y. Su expresión formal es: (x) (y) ➞ {☐ (x=x) ➞☐ (x=y)}
  1. Principio de la necesidad de la identidad: Se concluye que "para toda x e y si x es igual a y, entonces es necesario que x sea igual a y. Su expresión formal es: (x) (y) ➞{(x=y) ➞☐ (x=y)}

Por lo tanto, si se acepta el principio de la indiscernibilidad de los idénticos de Leibniz y el principio de sustitutividad de los idénticos, hay que aceptar que toda identidad verdadera es necesaria. Luego, los enunciados de identidad contingentes no son posibles. En síntesis: decir que toda identidad verdadera es necesaria es equivalente a sostener que no sólo es verdadera en el mundo que de hecho se da, sino que sería verdadera en cualquier mundo posible o situación contra fáctica, esto es, que sería inconcebible una situación en la que el enunciado en el que se expresa fuese falso" (Valdés 1980: 197).

Una vez que se ha mostrado la relación de identidad según Kripke que implica que todo enunciado de identidad debe ser una verdad necesaria indiferentemente de si se trata de un descubrimiento a posteriori. Por lo que, la aplicación de esta concepción de la relación de identidad, que incluye la diferenciación de las nociones de aprioridad y necesidad y el concepto de designador rígido, a la teoría de la identidad de tipos constituye el argumento de Kripke contra esta teoría. Tema que se tratará en el siguiente acápite.

 

El argumento de Kripke

Como ha quedado establecido anteriormente la crítica que hace Kripke se centra en la teoría de la identidad de tipos que establece la relación de identidad (M=F). De acuerdo con la argumentación de Kripke el enunciado (1) es necesariamente verdadero, por lo que un defensor de la teoría de la identidad de tipos tendría que sustentar (☐ M=F). Con lo cual se determina que M y F son designadores rígidos, ya que estos deben referirse a un mismo objeto en todo mundo posible. Así en el enunciado (1) para que exista identidad entre ambos términos estos deben ser designadores rígidos, pues si se acepta el "principio general que dice que cuando dos designadores rígidos denotan distintos individuos en algún mundo posible, entonces-denotarán necesariamente distintos individuos en todos los mundos en los que de hecho denoten algo" (Valdés 1980: 202). Se debe concluir que: (M≠F) ➞ ☐ (M≠F), es a esta conclusión a la que se ha denominado principio de la necesidad de la no identidad.

Siguiendo el ejemplo, si el dolor no es igual a la estimulación de fibras C en algún mundo posible, en el sentido de que no denoten un mismo objeto, resultará que no son idénticos en todos los mundos en los que denoten algo. Esta argumentación se opone a la tesis de la teoría de la identidad de tipos que sostiene "que la identidad entre el dolor y la excitación de las fibras C es contingente; que de hecho son idénticos, pero que podrían no haberlo sido" (Moya 2006: 72). Kripke ha sido muy claro al determinar que un enunciado del tipo (M=F) resultaría falso, cuando sus términos no son designadores rígidos, en este sentido:

Si "a" y "á" son designadores rígidos, se sigue que, si "a: b" es verdadero, entonces es una verdad necesaria. Si "a" y "ó" no son designadores rígidos, no se sigue dicha conclusión respecto del enunciado a: b (Kripke 2005: 9).

La consecuencia de esta argumentación es la falsedad de la tesis de la teoría de la identidad de tipos. Los teóricos de la identidad no defienden el enunciado (☐ M=F) dado que, "parece perfectamente posible que haya o hubiera dolor sin excitación de las fibras C" (Moya 2006: 72). Esta posibilidad se ha mostrado, por ejemplo, con la suposición de que existen seres de otros planetas en los que el dolor no es idéntico a la excitación de fibras C. Con lo cual no existe identidad necesaria.

En síntesis: el dolor es (idéntico a) la excitación de las fibras C, si es verdadero, es necesariamente verdadero. Pero parece claramente erróneo pensar que no pueda haber dolor sin excitación de las fibras C. El enunciado en cuestión, pues, no es necesariamente verdadero. Pero entonces es falso, y con él la teoría según la cual los estados de conciencia son estados del cerebro (Moya 2006: 73).

En este orden de ideas, el argumento de Kripke contra la teoría de identidad de tipos se muestra como concluyente. Desde la justificación formal parece claro que los enunciados contingentes de identidad no son posibles, por lo que no es aceptable una teoría hipotética acerca de la identidad como la que defienden los teóricos de la identidad.

En consecuencia, para Kripke el enunciado (1) es falso al no ser identidad necesaria. Sin embargo, como parte del argumento de Kripke se debe explicar porque el enunciado 1 no puede tener un valor de verdad, aún si se trata de una verdad contingente. Como, por ejemplo, ocurre en el enunciado.

(4) Benjamín Franklin= el inventor de las lentes bifocales

El enunciado (4) presenta un designador rígido que sería el nombre propio Benjamín Franklin y un designador no rígido que sería el descriptor el inventor de las lentes bifocales. La propiedad de ser el inventor de las lentes bifocales es accidental debido a que en algún mundo posible pudo no ser así. Por lo que el enunciado 4 es una verdad contingente no necesaria.

Para Kripke la identificación que se da en el enunciado (4) no es la misma que se da en el enunciado (1). El teórico de la identidad considera que el dolor es una propiedad neuronal que es designada como estimulación de fibras C, por lo que ambos términos refieren a un mismo género natural y, consecuentemente, son designadores rígidos. En este sentido, al ser ambos términos designadores rígidos, el enunciado (1) no puede considerarse igual al enunciado (4). Con lo cual si se acepta que el enunciado (1) representa una identidad se debe aceptar que esta es necesaria.

 

Conclusiones

En este trabajo se ha presentado el argumento de Kripke contra la teoría de la identidad de tipos, para lo cual se ha seguido el siguiente recorrido. La teoría de identidad de tipos sostiene que los tipos de estados mentales son iguales a los tipos de estados físicos en este sentido su tesis es M=F con lo cual defienden la existencia de leyes psicofísicas. El valor de verdad depende de que ambos términos tengan un mismo referente, sin embargo, esta verdad no se conoce de forma a priori. Por lo que, los teóricos de la identidad concluyen que se trata una verdad contingente, es decir, que de hecho existe identidad, aunque esta podría no haber existido.

Para Kripke los enunciados de identidad no pueden ser contingentes. Para fundamentar esta afirmación se han explicado los conceptos básicos de su teoría de la referencia directa, en particular la diferencia entre nombres propios y descripciones; y, sobre todo, la distinción entre la noción de aprioridad y de necesidad. Para Kripke estas nociones no son equivalentes, mientras que aprioridad es una noción del campo de la epistemología la necesidad pertenece al campo de la metafísica. Luego, se concluye que existen verdades necesarias a posteriori. Considerando este carácter necesario, se establece que los nombres propios son designadores rígidos, en el sentido de que son los mismos en cualquier mundo posible, por lo que la relación de identidad debe considerar tanto la posibilidad de verdades necesarias a posteriori como que sus términos deben ser designadores rígidos.

Con base en estos conceptos se determinaron las condiciones para la relación de identidad. Según Kripke la identidad se sitúa en las referencias y no en los nombres o sus significados. Por lo que, hablar de identidad es aceptar el principio de indiscernibilidad de los idénticos, según el cual un objeto es necesariamente igual a sí mismo. En este sentido el nombre es una referencia directa al objeto. A partir de este principio Kripke formaliza el argumento, de manera que si se acepta este principio junto con el principio de sustitutividad de los idénticos también hay que aceptar que los enunciados de identidad son necesarios. No obstante, que sean necesarios no significa que sean a priori, sino que, se puede llegar a su conocimiento mediante la experiencia. En consecuencia, los enunciados de identidad pueden ser necesarios a posteriori.

Por último, se aplicó las condiciones de los enunciados de identidad a la teoría de identidad de tipos, por lo que la tesis defendida por el teórico de la identidad resulta insostenible debido a que, si se acepta la teoría de la referencia de Kripke, los enunciados de identidad no pueden ser contingentes. Esta argumentación resulta concluyente, desde la argumentación formal de Kripke no es posible que existan enunciados de identidad no necesarios, por lo que no se acepta el carácter hipotético que establece la teoría de la identidad de tipos concluyendo de esta forma con que esta teoría no puede ser verdadera al no poder justificar una identidad necesaria.



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Publicado 29 julio 2022