Número 13, 2021 (1), artículo 11


Los límites de la filosofía: la vida y Dios


Felipe Nicolás Mujica Johnson

Docente investigador. Facultad de Educación, Universidad Autónoma de Chile




RESUMEN
La filosofía es una actividad humana orientada a comprender el mundo. Pero su cientificidad es de corte general. La propia vida otorgó sentido a la filosofía, que rstaría limitada a las posibilidades que le dieron sentido. La filosofía se encontraría regida por la vida misma y, para teístas, por Dios.


La filosofía es una actividad humana científica orientada a comprender el mundo. Pero su cientificidad es de corte general y no particular. Dentro de su potencial saber, hay quienes argumentan que es exclusivamente de corte necesario o esencial, mientras otras personalidades señalan que también es de corte accidental o empírico. Precisamente, sería la propia existencia o vida la que otorgó sentido a la filosofía, la cual se encontraría limitada a aquellas posibilidades que le dieron sentido. De este modo, la filosofía se encontraría regida por la vida misma y, para teístas, por Dios.

 

1. Introducción

La filosofía es un área del saber que integra variadas perspectivas teóricas y existenciales frente a la realidad. Por ello, no existe una sola interpretación sobre lo que es la filosofía y su objeto de estudio. Para los idealistas o esencialistas, desde los pensadores de la Antigua Grecia, como Aristóteles (2017), pasando personalidades modernas como René Descartes (1970) o Georg W. Hegel (2017), hasta los personajes más contemporáneos de la corriente fenomenológica, como Max Scheler (1966), Edith Stein (2005) o Dietrich von Hildebrand (2000), la filosofía es una ciencia que estudia exclusivamente las verdades a priori de la existencia, es decir, las verdades que son independientes de la experiencia.

Pero, por otro lado, hay personalidades que son inalienablemente pertenecientes a la filosofía que rechazan dicha postura por ser reduccionista. Así, señalan que la filosofía también se ocupa del conocimiento a posteriori, destacando Miguel de Unamuno (1971, 2013), Søren Kierkegaard (1988, 2006, 2013, 2017), María Zambrano (2019) y Arthur Schopenhauer (1996). Para comprender la diferencia entre el conocimiento a priori y el a posteriori o empírico, es útil exponer la siguiente idea:

"Una de las diferencias, sería que el conocimiento empírico tendría un estado accidental, mientras que el a priori un estado de necesidad. Un ejemplo del primero sería afirmar que un niño llamado Diego vivió hace 10 años en una ciudad determinada. Un ejemplo del segundo, sería afirmar que los valores morales solo se reflejan en las personas. En este sentido, se puede apreciar que el conocimiento a priori no sería de naturaleza fáctica o accidental, a pesar de que se relaciona con los hechos fácticos, sino que sería de una naturaleza más general, absoluta o universal" (Mujica, 2020: 23).

En este ensayo se asume una postura ecléctica, dando parcialmente la razón a ambas posturas frente al conocimiento filosófico. En este sentido, como planteó Mujica, se entiende que "la filosofía es una ciencia general racional y experiencial" (Mujica 2021: 39). Por racional se haría referencia al conocimiento a priori y por experiencial al conocimiento a posteriori. En palabras de Schopenhauer, esta perspectiva ecléctica se justificaría, en parte, así:

"Una definición extraña e indigna de la filosofía, que hasta Kant da, es que representa una ciencia de conceptos solamente. Pues lo esencial de los conceptos no es sino lo que se pone en ellos, después de haberlo tomado del conocimiento sensorial (anschaulichen Erkenntniss), esta fuente real e inagotable de toda comprensión. Esta es la causa de que no se pueda desarrollar una verdadera filosofía de meros conceptos abstractos: hay que fundamentarla sobre observaciones y experiencias, tanto internas como externas" (Schopenhauer 1996: 194).

Desde esta mirada ecléctica, el aspecto central que diferenciaría a la filosofía o a la filosofía primera, en retórica aristotélica, de las otras ciencias, sería su grado de apertura. La filosofía, como ciencia general, tendría una apertura a comprender la totalidad del mundo. Las otras ciencias, como ciencias particulares, ya sea biología, arqueología, psicología, etc., tendrían un grado de apertura reducido a su objeto de estudio específico. De este modo, el objeto de estudio de la filosofía sería el propio mundo y la vida que en él se desarrolla.

Dada la amplitud de la filosofía, como ciencia general del mundo, cabe preguntarse, ¿cuáles son los límites de la filosofía? Es decir, cabe hacer filosofía de la misma filosofía, como una actividad mundana. Precisamente, en este trabajo se hará un esfuerzo filosófico para aproximarse a dichos límites.

 

2. La vida y Dios como limitante

La principal limitante de la filosofía que se argumentará en este ensayo es la vida misma, puesto que esta, con su propia naturaleza, condiciona cualquier actividad humana, incluyendo, por supuesto, la filosofía. De hecho, la propia filosofía es una consecuencia de la existencia de la vida humana. Una filósofa que vislumbró muy claramente estas ideas, dentro de sus reflexiones sobre la relación entre filosofía, poesía y religión, fue la veleña-malagueña, María Zambrano, quien señaló lo siguiente:

"Y es que no es ante la vida ante lo que la filosofía se debe justificar. Madre prolífica e infinitamente generosa, la vida no necesita de justificaciones de lo que ella misma ha creado, pues ya lo sabe hijo de su anhelo y necesidad. Y la filosofía nació de esa necesidad que la vida humana (¿por qué no toda la vida?) tiene de transparencia, de hacerse visible. Si la vida busca hacerse eterna, pide igualmente hacerse inteligible y no reposa sino en la transparencia; intimidad que busca hacerse visible; soledad que quiere ser comunidad en luz. La filosofía nacida de este anhelo de transparencia no puede eludirla frente a sí misma" (María Zambrano 2019: 78).

Profundicemos un poco sobre qué significa que la vida sea una limitante para la filosofía. Dado que la filosofía se propone comprender el mundo en su totalidad, por medio del conocimiento racional y experiencial, hemos de entender que la vida no ha dotado al ser humano de una estructura infinita. O sea, su razón se encuentra limitada a su propia condición humana. Asimismo, las experiencias que tiene se limitan a su propia estructura humana. En este sentido, el ser humano no puede percibir el mundo como él ha querido, sino que como la vida le ha permitido. Por ello, si nos preguntamos, ¿qué podemos conocer del mundo? Una respuesta razonable sería: solamente lo que la vida le ha permitido y le permitirá en el futuro. De este modo, la vida o la existencia se presenta como una realidad que ha tenido y tiene un poder inalcanzable para el ser humano. El poder creador de determinar la propia vida en términos generales. El ser humano, como parte de la vida misma, también posee un poder creador, pero dicho poder es limitado a sus propias limitaciones existenciales. En síntesis, el conocimiento que produce la filosofía siempre estará limitado a las limitadas posibilidades que ha tenido y tendrá la humanidad para comprender el mundo. En este sentido, la filosofía debe estar abierta al conocimiento que provenga de otros ámbitos, ya sea religioso, científico, poético, etc.

Sabemos que la vida ha ofrecido las condiciones necesarias para el surgimiento de la filosofía, lo cual también nos permite filosofar sobre este mismo suceso. Es decir, ¿por qué la vida permitió aquello? Asimismo, es preciso preguntarnos, ¿qué es la vida? o ¿quién gobierna la inteligencia de la vida? Estas preguntas, con estas u otras formas, pero con un fondo bastante similar, han sido abordadas por variadas personalidades de la filosofía. Entre aquellas destacan los materialistas, que justifican una estructura casual de la vida, de modo que tras esta inteligencia vital no se encontraría ninguna otra inteligencia independiente. Por otro lado, se encuentra una posición espiritualista, que justifica la existencia de un Dios omnipotente y hacedor de la vida. Esta discusión desborda los intereses de este breve escrito, de modo que no será profundizada.

Para quienes se inclinan a favor de la idea teísta del mundo, incluyendo la posición del autor de este texto, no solamente sería la vida la que limita a la filosofía, sino que Dios sería el supremo límite de la filosofía. En este sentido, todo lo que sabemos o ignoramos, más allá de que hubo alguna persona que contribuyó o no en ello, tendría un motivo inteligente que, hasta cierto punto, se encuentra restringido para la humanidad.

 

3. Consideraciones finales

A modo de síntesis, referido a las limitaciones de la filosofía, he de concluir que la filosofía es una ciencia general que se encuentra restringida por el propio diseño inteligente de la existencia. Así, para las personas teístas, la filosofía debería su existencia, su desarrollo y su limitado potencial a Dios.



Bibliografía

Aristóteles
2017 Metafísica. Barcelona, Espasa.

Descartes, R.
1970 Discurso del método. Meditaciones cartesianas. Madrid, Espasa-Calpe.

Hegel, G. W.
2017 Fenomenología del espíritu. México, Fondo de Cultura Económica.

Kierkegaard, S.
1988 Mi punto de vista. Madrid, Aguilar.
2006 Las obras del amor. Meditaciones cristianas en forma de discursos. Salamanca, Sígueme.
2013 La enfermedad mortal. Madrid, Trotta.
2017 La dialéctica de la comunicación ética y ético-religiosa. Barcelona, Herder.

Mujica, F.
2020 Filosofía y educción física. Vigo, MCSports.
2021 ¿Qué es la filosofía? Mibestseller.es

Scheler, M.
1966 La esencia de la filosofía y la condición moral del conocer filosófico. Buenos Aires, Nova.

Schopenhauer, A.
1996 Respuestas filosóficas a la ética, a la ciencia y a la religión. Madrid, Edaf.

Stein, E.
2005 Obras completas II. Escritos filosóficos (Etapa fenomenológica: 1915-1920). Burgos, Monte Carmelo.

Unamuno, M.
1971 Del sentimiento trágico de la vida. Madrid, Espasa-Calpe.
2013 La agonía del cristianismo. Madrid, Alianza.

Von Hildebrand, D.
2000 ¿Qué es filosofía? Madrid, Encuentro.

Zambrano, M.
2019 Hacia un saber sobre el alma. Madrid, Alianza.


Publicado 18 mayo 2021