ANOTACIÓN


Los mapas de lecturas como ejercicio filosófico


Fabiana Mabel Barbero

Docente de filosofía. Universidad Nacional de Córdoba, Argentina




A propósito del trabajo en torno a un seminario que coordinamos unos compañeros y yo en el instituto surgió la pregunta por cómo entendemos la filosofía.

En esas semanas yo leía una edición del Sistema de la naturaleza, de Holbach, en cuyo comentario Bermudo (1) refiere que los ilustrados, quienes se reunían en las residencias del Barón los jueves y domingos, consideraban a la filosofía como un oficio. Además, el español menciona las diferencias y discusiones que mantenían de puertas para adentro Diderot, Voltaire, Holbach, Helvetius. Me interesó ese relato porque la pregunta por la filosofía que formuláramos en el equipo disparó una serie de discusiones entre los compañeros, aunque a todos nos entusiasme la propuesta del seminario.

También me acompaña la correspondencia de Nietzsche, que me permite seguir las lecturas del alemán. Según estas cartas, durante octubre de 1876 a mayo de 1877, en Sorrento, Nietzsche  estudió, entre otros, a Voltaire (2). Precisamente Voltaire, quien escribe en sus cuestiones sobre la Enciclopedia, en el artículo “de Dios”, una refutación al autor del Sistema de la naturaleza.

La pregunta por la filosofía es también una pregunta por la crítica y la razón. ¿Cómo se vincula Nietzsche con el movimiento ilustrado?

La lectura permite conectar espacios, conceptos y discusiones con una perspectiva nueva cada vez. Práctica crítica que conforma el oficio filosófico.

Me cuesta escribir. Cuando intento hacerlo comienza un derrotero de libros enlazados, citados. Títulos cuyas tesis son refutadas o continuadas en capítulos, bibliografías, apéndices o pies de otros. Trazo mapas de lecturas para visualizar los conceptos en cuya intersección los textos se encuentran, y aquellos que establecen límites y los separan.

Escribir se demora en leer. Quedan apenas garabatos barrocos más parecidos al plano de una villa que al mapa del metro de una ciudad.

Mientras ensayo un artículo sobre la recepción en Nietzsche de diferentes textos de la Ilustración francesa -porque quiero mostrar que el alemán valora la razón para hacer sus críticas-, sigo leyendo su correspondencia. Encuentro que el filósofo se interesó por los retratos literarios de Sainte Beuve (3).

Para el francés la crítica implica dos cosas:

“1° El crítico es sencillamente un hombre que sabe leer, y que enseña a leer a los demás.

2° La crítica es una ‘invención’ y una ‘creación’ perpetua” (Sainte-Beuve 1947: 31).

La lectura como oficio filosófico permite trazar mapas, abrir caminos con recorridos y curvas frente a los atajos de las autopistas fáciles ya señaladas. Leí Holbach, Voltaire y Nietzsche, y las referencias de las lecturas de Nietzsche a los dos primeros. Aún no puedo escribir mi artículo, pero los caminos de estas lecturas, que voy dibujando con diferentes colores, me llevan a cruces conceptuales, lugares en los que vale detenerse.

 

Notas

1. Holbach. 1770. Sistema de la naturaleza. Traducción N. Bacín, J. M. Bermudo, M. Estapé y A. Salom. Epílogo de Bermudo. Pamplona, Laetoli, 2008.

2. Nietzsche. 1875-1879. Correspondencia. Volumen III. Traducción, introducción, notas y apéndices de A. Rubio. Madrid, Trotta, 2009.

3. Sainte-Beuve. 1832-1836. Retratos literarios. Traducción de O. Andrieu. Buenos Aires, Estrada, 1947.


Publicado 10 octubre 2016